María Fernanda Adames's profile

Un camión lleno de sueños

UN CAMIÓN LLENO DE SUEÑOS

Estamos en un mundo que se encuentra en constante cambio, donde reinventarse ya no es una opción sino una obligación. El emprendedor y diseñador gráfico venezolano Carlos Paz, nos cuenta cómo logró causar furor con su camión de comida en un país en el que apostar por este tipo de negocios significa adentrarse en aguas desconocidas.

Con la firme decisión de hacer realidad su sueño de tener un camión de comida, hace tres años Carlos, quien vive en la Isla de Margarita, Venezuela, compró un autobús escolar. Después que lo remodeló, invitó a varios amigos con potencial gastronómico para que participaran en su nuevo proyecto llamado “Catara Food Truck”. Aunque en un principio no tenía claro que quería vender, alquiló un lugar que le ofrecía techo y un baño, y ahí estableció su camión con mesas para que los futuros clientes tuvieran más comodidad.

—A tu criterio, ¿qué es importante y tiene que ser tomado en cuenta a la hora de establecer un food truck?
—Siempre hay que tener muy claro que lo que sea que prepares tiene que adaptarse al espacio con el que cuentas. Como no es muy grande, tienes que hacer lo que puedes con lo que tienes y no más de eso.

—¿Qué podemos encontrar en tu propuesta gastronómica?
—Principalmente es una comida fusión, yo mezclo diferentes sabores y eso es lo que mayormente vas a ver en mis platos. Un amigo me enseñó a preparar los panes, y yo tenía mi receta de pernil, de ahí salió el plato de presentación del camión, un sándwich de pernil con cebolla caramelizada. Traté de buscar un punto medio entre la comida sana y la callejera, por eso también presento opciones veganas y ensaladas.

Comenta que la cultura venezolana tiene un pensamiento errado de la comida rápida, porque lo ven como un sinónimo de mala calidad y lo relacionan con algo grasiento. Según él, estos prejuicios hicieron que el llegar a las personas fuera un proceso lento que requirió de paciencia. A pesar de esto, actualmente Catara cuenta con un gran reconocimiento y clientes que lo visitan religiosamente.

—¿Cuál fue el mayor reto de incursionar en este rubro que es desconocido para mucha gente en el país?
—Uno de mis más grandes retos con el food truck fue tratar de cambiar un poco la tendencia de la comida que tiene el venezolano. Mi idea era que de a poco ese gusto se fuera ampliando también hacia otros horizontes con características diferentes, y que cualquiera pueda aprender y atreverse a probar diferentes cosas. Quisimos que Catara fuera una forma de disfrutar al aire libre y a su vez también sirviera para generar una nueva cultura y apoyar el emprendimiento venezolano.

—¿Es sencillo cocinar en un camión?
—Para nada, lo más duro a veces es el calor porque en ese espacio tan reducido con tantas personas adentro y la plancha prendida uno siente que suda mares, pero todo eso vale la pena cuando ves a la gente emocionada probando tu comida.
Carlos asegura que una de las cosas que más disfruta de este negocio sobre ruedas es que a través de la comida siente que puede regalar felicidad y unir a las personas. Confiesa que su meta es que Catara sea una excusa para que la familia pueda venir, divertirse, sentir que viajan a un lugar distinto, pasar un buen rato y despejar la mente mientras degustan buena comida.

—Con nuestra propuesta, quisimos innovar —asegura convencido—, fuimos muy cuidadosos con cada detalle, platos, servilletas, incluso con las sombrillas de las mesas. Nuestro prioridad es que el público se sienta a gusto.

Enfatizó en el hecho de que en Venezuela no existe una legislación que permita la libre circulación de los camiones de comidas, lo que hace que muchos de los que quieren emprender  se abstengan de hacerlo, aunque por otro lado tampoco existe una que la prohíba. Afirmó que una de las dificultades más grandes a las que tuvo que enfrentarse fue cuando patentó la marca: “es un problema porque no puedes registrarte ni como un camión de comida, ni como un carrito de venta de hamburguesas o perros calientes

Ante la difícil crisis que vive hoy el país, confesó que en algún momento pensó en incursionar con su food truck en el extranjero, pero por razones ajenas a su voluntad decidió quedarse: “Antes mi idea era emprender en esto afuera de Venezuela por la situación que ya todos sabemos, pero decidí apostar y dejarlo todo en mi país porque yo tengo fe en que aquí sí se pueden hacer cosas de calidad”. Carlos finalizó diciendo que espera un pronto cambio de la situación actual de Venezuela para poner a rodar más Cataras por todo el país.
Un camión lleno de sueños
Published:

Un camión lleno de sueños

Published:

Creative Fields