Tú siempre estuviste ahí.

Como los nevados.

¿Rascamos el cielo o es él quien no se quiere ir?

¿No nos bañamos acaso todos al despertar?

Príncipe de los gozos y rey de la desdicha / arrastra su gran manto /por desiertos de hielo y de silencio / En su pequeño corazón de hombre/ alberga ocultas e inauditas alegrías / y todos los dolores queagusana el mundo: / júbilos y pesares caudalosos / para tan pobre yexiguo recipiente.

"El Poeta", de Guillermo Viscarra Fabre

Ese otro dios de lejos, tan alejado de su reino.

De entre la bruma lo ves despertar, haciendonos sombra a todos.

Mostrame tu alma.

El guardián se mantiene lejos, hecho al que no se hace ver. Pero lo ves. Siempre.

Las alturas de las alturas.

¿Ves? Aquí conviven el Tata Inti y el Tata Dios.

Pero al Tata Inti no lo dejan entrar a la Catedral. Y él ve de afuerita, nomás.

Para ellas, el adoquín debe ser tan misterioso e inexplicable como el cielo para nosotros.

¿Ves? Nunca puede esconderse. Y lo ves hasta cuando cierras los ojos.

El Tata Inti sigue su camino.

Es como ir a misa, pero sin dormirse.