Pablo Ruiz dedicaba su tiempo libre a hacer estatuas y también era mi abuelo. Su trayectoria le permitió realizar algunas exposiciones pero por desgracia, no todas sus obras corrieron la misma suerte. Las piezas que se muestran a continuación fueron robadas y a día de hoy no se han podido recuperar. Es por esto que inicié un proyecto para mostrar la máxima belleza de las estatuas perdidas, en el que utilizo viejas fotos caseras para crear a través del diseño editorial y las herramientas actuales una revista sobre las mismas.