El bien conocido refrán dice que 'una imagen vale más que mil palabras'. Aunque en parte hay mucho de verídico en esas palabras, es importante resaltar que detrás de cada imágen está una historia escondida que enriquece el valor de la imagen.

 

En este proceso, previamente planeado, aparece el primer método. Fueron visitas serían acompañadas por un enlace, una persona cercana tanto a la antropología como al lugar registrado, quien finalmente despeñaría el papel de informante ayudando a complementar historias o relatos faltantes. Muchas veces la exactitud de la información de quienes eran estudiados estaba sesgado por problemas de memoria, o tan solo por la necesidad de mostrar una fachada elegante de su “modus vivendi”. Estos eran los momentos en los que actuaba este enlace. 

 

Por otro lado, el segundo método consiste en realizar una entrevista. En un mismo momento, distintas personas hacen tres tareas diferentes. La primera persona se encarga de realizar la entrevista, llevar una conversación fluida, e indagar sobre las historias contadas. Este papel fue designado para mantener un hilo de continuidad en un ambiente de confianza, amable y cómodo para una mejor. resolución del proyecto. Mientas esto pasaba otra persona prestaba atención, tomando anotaciones, casi sin hacer parte de la conversación, sino más como una audiencia receptora de todo el material periodístico, siempre atenta a todas las especificaciones y datos arrojados por las respuestas para analizar a profundidad. Acompañado de una cámara de video y grabadora de voz con el fin de registra el material con mayor precisión, con fines futuros de análisis. Finalmente la tercera persona se dedicaba a la actividad de observación y registro fotográfico de detalles y elementos dentro del espacio, que no eran necesariamente mencionado dentro de las palabras del entrevistado, y que ayudaban a realizar un panorama geográfico de las relaciones de los objetos con su entorno y con las personas, además de encontrar elementos que eran subvalorados por los protagonistas. Dichos registros serían los elementos que establecerían el lazo gráfico para interpretar las palabras, historias de las personas. 

 

 El tercer método consistía en realizar una visita guiada por la casa para poder observar con mayor detenimiento las pertenencias y objetos en su contexto, se tomaba registro de las piezas encontradas al igual que los objetos o pertenencias nombrados en las repuestas a la encuesta. En este momento de las visitas salían elementos elementos relevantes para la investigación usualmente subvalorados por los dueños.