Dioses Mayas: Guía Fácil de Nombres, Imágenes y Dibujos de las principales deidades prehispánicas


(Extracto del Artículo publicado en www.locurageometrica.com)

Afortunadamente para cualquier persona que desee acercarse a esta civilización, existe una importante tradición oral que todavía se conserva, una gran cantidad de cerámicas y esculturas, inscripciones y un más que relevante conjunto de códices –textos creados en la época en que era colonia española- que permiten asomarse de manera fiel a este universo que ha atraído a miles de personas a lo largo de muchos años.



Características de la cultura Maya: religión, mitos y calendarios
                        
Como el resto de pueblos de América Central los mayas creían de manera firme en lo religioso y, por tanto, en sus ritos asociados. Para ellos el mantenimiento del orden del universo, la fertilidad de las personas y de las tierras o el bienestar general dependían en buena parte de estos ritos. Un maya de cualquier extracto social estaba inscrito indefectiblemente en mundo imaginario poblado por seres sobrenaturales, una mundo que obligaba a cumplir una serie de pautas de conducta, así como elaboradas ceremonias que daban sentido a la naturaleza del universo.
El papel de la Religión y los dioses mayas en la vida social maya

Prueba de la relevancia de la religión es que servía para

1.- Establecer los calendarios: los había de 2 tipos. Los de tipo ritual, como el Tzolkin, era un calendario de vaticinios parecido a nuestro horóscopo que según el día de nacimiento predecía aspectos de la persona: su carácter, oficio y  plantas y animales con los que podía comunicarse. Por otro lado, el calendario natural, el Haab de 365 días señalaba los meses en los que había que homenajear a los dioses con fiestas y ritos en su honor. Cada mes del calendario poseía una especie de patrón protector identificado con un glifo (pictograma).

2.- Daba legitimación al poder del rey: muchos reyes usaban en sus propios nombres y atuendos referencias a dioses mayas.

3.- Controlaba la planificación de los ciclos de producción agrícolas: cada dios era dios y patrono a la vez de una serie de días del calendario ritual, que definían todos juntos un ciclo interminable de siembra y recogida.

De esta manera, un conjunto de ritos realizados principalmente por reyes y sacerdotes lograba el mantenimiento del equilibrio del mundo. Estos ritos incluían sacrificios y autosacrificios, así como danzas y diversos juegos como el de pelota.

Mitos mayas: los dioses en la creación del mundo

El mundo empieza con un universo preso de los dioses del inframundo. Un infierno, por cierto, poblado de abejas. Eran tiempos en los que llovía fuego y ceniza y destrozaba árboles y piedras. Aquel era un mundo carente de sol y de luna. Tampoco la noche existía. Entonces los dioses del cielo, decididos a propagar lo que se había salvado de aquel mundo de horror, mandaron un diluvio y mataron con flechas a quienes habían quedado. La tierra terminó desplomándose en el firmamento en una caída de vertigo.

Los cuatro dioses mayas que sostienen el cielo: los bacabes

Así, un nuevo mundo nacería de ese mundo aniquilado. En este nuevo mundo, los cuatro bacabes, situados en una esquina del mundo cada uno de ellos, eran los dioses que sostenían el firmamento. En su condición de dioses, los bacabs levantaron la tierra hundida en las profundidades del firmamento y sembraron en su centro un Ceiba sagrada.
El árbol sagrado maya

El árbol sagrado, la ceiba, fue por tanto el axis mundi del universo maya. De hecho, señalaba el camino que conducía al cielo.

Por lo tanto, el mundo actual sería el último de los simulacros de los dioses del cielo. Estamos según la religión maya justo en el final de la lucha eterna entre cielo e inframundo, luz y oscuridad. Una guerra que terminará con la victoria del cielo y la luz.


Los códices mayas más importantes: Dresde, Madrid y París

En la actualidad sólo se conservan 3 códices del gran conjunto de manuscritos prehispánicos que hubo en época colonial. Aunque es cierto que comparten algunos elementos en su forma –ya que son registros con forma de  calendario con ceremonias muy bien marcadas- y todos poseen un marcadísimo carácter adivinatorio, en realidad versan sobre asuntos diferentes. En los códices de Dresde y París pueden encontrarse vaticinios para los ciclos de 20 años, llamados katunes, así como temas varios de astrología.

Los dioses mayas en la historia: símbolos y números de los principales dioses

Paul Schellas fue quien identificó a principios del siglo XX las primeras representaciones de ellos en varios códices del período Posclásico (años 950 hasta el 1531 d.C). Lamentablemente, debido a la falta de conocimiento de la época en cuestión de lengua sagrada maya, no pudo identificar correctamente los nombres de los dioses. Por ello los clasificó con 15 letras mayúsculas que van de la A a la P. Posteriormente hay indicio que parecen demostrar que se han encontrado estas mismas representaciones de dioses en los periodos Clásico (años 250-900 d.C) y Preclásico (2000 a.C hasta el 250 d.C). Este punto genera de todas formas bastante controversia. En lo que respecta a la forma de nombrado se sigue usando día con algunas modificaciones.

El Dios Creador (Dios D – Itzamnaaj), el origen de todo

Era el dios superior del panteón maya, creador de todo e imagen del universo. Su nombre en jeroglífico era usado por reyes en sus propios nombres como mecanismo de legitimación. Se le representa constituido por grandes reptiles con dos cabezas, cada una de ellas mirando hacia los rumbos del universo. En su aspecto de pájaro –Itzam Ye- representaba al nivel celestial, mientras que cuando representaba la tierra lo hacia con una forma de cocodrilo –Itzam Kab Ayin.

Dios del sol maya (Dios G – K’Inich Ajaw), símbolo de la realeza

El Señor del Ojo Solar era una deidad solar maya considerada como creador del tiempo, la luz, el calor y los cuatro puntos cardinales del mundo. Al ser una encarnación del Dios creador su papel era decisivo. Se le nombraba con la flor de 4 pétalos del glifo k’in, haciendo referencia al Sol, el día, la fiesta y el tiempo. No en vano fueron muchos los reyes que usaron como parte de su nombre real el título de K’Inich (hoy día se sigue usando como nombre de niños). Esta importancia del ojo o rostro del sol que se daba en la sociedad maya se ha usado como explicación  del estrabismo intencionado que se provocaba a algunos niños destinados a las altas esferas del sacerdocio o el gobierno.

Dios del Maíz (Dios E – Nal), el más humano

De acuerdo con los mayas los seres humanos no fueron creados a partir del barro u otro elemento inerte. Los hombres y mujeres fueron amasados a partir de una enorme masa de maíz. En este relato se percibe a la perfección la importancia que se le otorgaba a este cereal.
Al dios del maíz se le suele representar como un joven con una gran deformación craneal y rasgos totalmente humanos. Se le consideraba de hecho la imagen de los seres humanos. A este dios se le consideró el patrón del número 8 y del día k’an, que representa al grano de maíz.
Dios de la Muerte (Dios A – Yum Kimil)

Dentro del infierno vivían varios dioses asociados además de con la muerte, con la fecundidad y germinación de la vida. El más importante de los habitantes del inframundo es representado siempre con una expresión cadavérica, y con varios sobrenombres como: Ah Puch -el Descarnado-, Kisin -el flatulento-, Yum Kimil -el señor de la muerte- o simplemente Kimil –muerte. Es representado con una figura humana con rasgos andróginos y elementos muy visibles de muerte: naturaleza esquelética, signos de putrefacción, maloliente o con partes en descomposición. Fue considerado el patrón del número 10, el día kimi –muerte- del calendario ritual.

                                        
Dios de la lluvia (Dios B – Chaak), el dios del agua

Adorado desde los primeros tiempos de la civilización maya hasta hoy día entre los agricultores de la península de Yucatán, se le vincula con aspectos importantes para el cultivo, tales como la abundancia de la cosecha, la lluvia, los relámpagos o truenos. Se trata por por otra parte de una de las encarnaciones  más relevantes del dios creador Itzamnaaj (dios D), ya que es el que está vinculado con la fertilidad

El dios Chaak  es uno en el centro, bajo la denominación Yaxal Chaak  y al mismo tiempo cuatro en los 4 rumbos y colores de los cuadrantes del universo.

Reyes, gobernantes y altos sacerdotes incluyeron sus nombres y vestimentas a este dios.

Diosa Ixchel (Diosa I y O), la diosa maya lunar

Esta huidiza diosa, a veces representaba como una mujer joven -la luna creciente- y otras como una anciana -luna menguante-, era la patrona de actividades relacionadas con las mujeres: embarazo, parto, medicina, los textiles, pintura o agua. Controlaba la fertilidad de la tierra y la noche y, además, poseía en su aspecto más anciano un importante poder destructivo. Se la consideraba capaz de provocar inundaciones y todo tipo de catástrofes naturales.

Fue además la esposa de Itzamnaaj, el dios creador y considerada una diosa madre.

Durante el periodo Clásico se la representó como una joven enmarcada en un signo de carácter lunar, a veces portando un conejo –símbolo de la luna- todo enmarcado en figuras geometricas. Sin embargo fue en el Posclásico cuando protagonizó más imágenes. Además de sus nombre o advocación más habitual Señora Resplandeciente o Señora del Arco Iris -Ix chel- otras advocaciones fueron Señora Luna Blanca –Sak U’Ixik-, Arco Iris Grande –Chak Chel.

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