ELISA CARRILLO
First Dancer In The Staatsballett Berlin
M O V I M I E N T O
Elisa Carrillo es una de las bailarinas mexicanas con mayor reconocimiento en la escena internacional. Con ella, descubrimos que la libertad comienza en un instante intenso y sútil.
Elisa Carrillo es una de las bailarinas mexicanas con mayor reconocimiento en la escena internacional. Con ella, descubrimos que la libertad comienza en un instante intenso y sútil.
Texto Pamela Ocampo
De pronto la vida te mueve. Te presenta distintas situaciones que detonan una serie de oportunidades que uno debe tomar y entregarse a un destino que quizá ya se encontraba escrito desde antes de todos los tiempos.
Para alguien como Elisa Carrillo, tomar una oportunidad significó adoptar un nuevo estilo de vida, dejar a su familia en Texcoco, Estado de México, mudarse de país, aprender a comunicarse en un nuevo idioma, batallar con la soledad y decidirse por una pasión.
Conseguir un sueño: ser bailarina.
Para alguien como Elisa Carrillo, tomar una oportunidad significó adoptar un nuevo estilo de vida, dejar a su familia en Texcoco, Estado de México, mudarse de país, aprender a comunicarse en un nuevo idioma, batallar con la soledad y decidirse por una pasión.
Conseguir un sueño: ser bailarina.
Nos encontramos en el número 140 de la calle de Zacatecas, en la colonia Roma, en el estudio donde se instalan las luces para la sesión fotográfica. Elisa se prepara en el camerino con un maquillaje natural que acompaña a su melena color negro azabache intenso. Porta un bodysuit que deja ver cada uno de los músculos de un espectacular cuerpo que lleva bailando 20 años consecutivos. Comienza lentamente a moverse por el foro, y transforma la energía del lugar; la cámara dispara y captura cada movimiento que realiza con destreza, elasticidad y, sobre todo, precisión.
Todo cobra vida en movimiento. En puntas, con desplantes en el piso, en las elevaciones, dando vueltas y haciendo pliés.
Elisa Carrillo comenzó a estudiar danza clásica a los seis años y le ocurrió lo que les pasa a algunos niños cuando practican una disciplina para la que tienen vocación: los hace felices. En la escuela, el baile se volvió parte de su rutina diaria, y le brindó el entrenamiento físico y la preparación mental que requiere cualquier aspirante a bailarín. Posteriormente, ingresó a la Escuela Nacional de Danza Clásica y Contemporánea del Instituto Nacional de Bellas Artes y a los 16 años ganó una beca por su impecable técnica para continuar con sus estudios en The English National Ballet School en Londres.
Elisa Carrillo comenzó a estudiar danza clásica a los seis años y le ocurrió lo que les pasa a algunos niños cuando practican una disciplina para la que tienen vocación: los hace felices. En la escuela, el baile se volvió parte de su rutina diaria, y le brindó el entrenamiento físico y la preparación mental que requiere cualquier aspirante a bailarín. Posteriormente, ingresó a la Escuela Nacional de Danza Clásica y Contemporánea del Instituto Nacional de Bellas Artes y a los 16 años ganó una beca por su impecable técnica para continuar con sus estudios en The English National Ballet School en Londres.
Fue justo en ese lugar donde Reid Anderson, director artístico del Stuttgart Ballet de Alemania, la contrató. Ahí Elisa se consolidó como solista mientras estudiaba para convertirse en maestra de Ballet en el Ministerio de Cultura de Alemania. En 2007 se integró a una de las compañías de ballet más importantes de Europa y del mundo, la Staatsballett Berlin, donde interpretó por primera vez el papel de Blancanieves y que, tiempo después, la llevaría a convertirse en prima ballerina. Con esta compañía, Elisa se ha presentado en distintos escenarios en Hamburgo, Tel Aviv, Shanghái, Nueva York, Singapur, Taipéi, Francia, Italia, Israel, Egipto, Canadá, Rusia y Corea del Sur, entre muchos otros países.
Desde entonces, Elisa domina que el cambio es una constante en la vida. Que el movimiento representa cambios, los cuales solamente llegan a su vida para hacerla más fuerte y convertirla en mejor persona; así es como ha podido avanzar dentro de su carrera profesional y personal. Conoce lo que significa volverse bailarina de tiempo completo —con una práctica de ocho horas diarias—, maestra, hija, esposa y madre de Maya Elisa. Reconoce a cada uno de los profesores y maestros que han sido parte de su formación y admira a figuras internacionales como la icónica Maia Plisetskaya (una de las máximas bailarinas de ballet ruso del Teatro Bolshói) o al legendario Mikhail Baryshnikov (bailarín, coreógrafo y actor ruso considerado entre los mejores del mundo). Sabe la importancia de mantener su esencia al recordar sus raíces, su tierra y su sangre mexicana presentes en todo momento. Distingue oportunidades y reitera su compromiso para apoyar a nuevos talentos a través de la Fundación Elisa Carrillo Cabrera A.C. Promueve la danza como una forma de vida y arte a través del festival Danzatlán, que organiza en la Ciudad de México, junto con su esposo, el bailarín Mikhail Kaniskin. Y jamás ha pensado en dejar la danza, porque para ella bailar significa pura libertad.
Hoy, a sus 37 años de edad, sabe que nada la puede parar. Porque entiende que así es la vida. Que tiene que respirar profundo para
bailar, concentrarse para bailar, atreverse para bailar, disfrutar para bailar y amar para sentirse viva. Porque eso la mueve desde
lo más profundo y la sorprende cada segundo.
bailar, concentrarse para bailar, atreverse para bailar, disfrutar para bailar y amar para sentirse viva. Porque eso la mueve desde
lo más profundo y la sorprende cada segundo.
Tal y como lo hace Elisa con nosotros en estas fotos, al bailar.
