Mi tierra, mi casa, es una instalación que surge a partir de la reflexión entorno al desplazamiento, sintetizando en los conceptos de propiedad y pertenencia. En la historia de Colombia el desplazamiento forzado a causa de la violencia, podría decirse que comienza desde la conquista; pero posteriormente se acentúa durante época de la violencia, cuando en los campos colombianos se generó un gran número de desplazados que migraban a lugares donde hubiese un desarrollo social sostenible. De esta manera hoy, en muchas de nuestras ciudades residen testigos de estos hechos.

Para abordar ampliar esta problemática desde un punto de vista crítico, pienso en la materialidad y simbolismo de la tierra negra que se usa para cultivar, como elemento principal de la instalación, elaborando una serie de artefactos que tienen la forma de pequeñas casas que evocan la imagen de alcancías del Banco Davivienda, utilizando metafóricamente el gesto de ahorrar para la vivienda. Estas piezas están acompañadas de un formulario por medio del cual, cada asistente a la exposición que desee hacerse dueño de una de las casas, deberá llenarlo quedando automáticamente inscrito en el sorteo de las casas. De forma irónica el número de formularios es limitado y no todos los formularios diligenciados tendrán respuesta positiva, sin embargo, el proceso es gratuito y a los beneficiarios se les entregara su casa al finalizar la exposición.