"La naturaleza no existe y, por consiguiente, no supone nada. Así mismo el sexo es también construido, dado que depende de la cultura".
Judith Butler.
Judith Butler.
ACTO I
El hombre-heteronormativo se impone una libertad doblemente falsa. Sus límites son nada más que absurdas censuras, impuestas por un sistema que sostiene el binarismo de las computadoras en todo aspecto integral de nuestras vidas (sexo, espiritualidad, etc.). Sin embargo basta con encontrar a este hombre en soledad, para ver la descarga de aquello que se priva.
El hombre-heteronormativo se impone una libertad doblemente falsa. Sus límites son nada más que absurdas censuras, impuestas por un sistema que sostiene el binarismo de las computadoras en todo aspecto integral de nuestras vidas (sexo, espiritualidad, etc.). Sin embargo basta con encontrar a este hombre en soledad, para ver la descarga de aquello que se priva.
ACTO II
El hombre no es más hombre, sino sujeto. Renuncia "no sólo a una identidad sexual cerrada y determinada naturalmente, sino también a los beneficios que podría obtener de una naturalización de los efectos sociales, económicos y jurídicos de sus prácticas significantes" (Beatriz Preciado, 2011).
El hombre no es más hombre, sino sujeto. Renuncia "no sólo a una identidad sexual cerrada y determinada naturalmente, sino también a los beneficios que podría obtener de una naturalización de los efectos sociales, económicos y jurídicos de sus prácticas significantes" (Beatriz Preciado, 2011).