29
29 veintinueves para la memoria de mis 29
Me encontré perdida en un ejercicio que pedía relacionar texto con imagen y luego también sucedió que olvidé mi edad. Con suerte recordé esto segundo y junto con la presión del tiempo sucedió lo primero. Así presento 29. Un ejercicio personal en el que reafirmo en mi memoria a fuerza de repetición, este tiempo y espacio.
“¡¿Cuántos años tienes, 22?!” Antes que terminara ya había respondido: “29”. Era una cosa de momento. Estaba incómoda, no encontraba la manera cortés de alejarme del monólogo de un hombre por el que no tenía el mínimo interés y esta fue la respuesta que escupieron mis labios sin preguntar. Podía haber sido cualquier otra combinación de palabras, pero no. Fue este número. Dije 29. Mi yo insensata quería provocar una pérdida de interés y dije 29 porque no pensé. ¿Por qué no pensé? Obviamente no pasó nada, pero algo no estaba bien, porque la situación se atascó en mi cabeza por un tiempo.
Pasó mientras caminaba(“mos”) la calle Huertas.
Dos días después me golpeó y no lo podía creer. Conté varias veces; con los dedos y uno a uno. No se cómo pasó, pero lo hizo: Se me fue la pinza. Debería estar segura de mi edad, pero no. De suerte que este año la olvidé y la recordé antes que fuera demasiado tarde para mi salud mental.
El 9 de Enero de 2017 ajusté el reloj.
Dije 29 porque tengo 29.
Dije 29 porque tengo 29.
