Hacía mucho tiempo que no iba a cine sola. Hoy fui. La película me gustó mucho, tanto que en varias escenas me hizo llorar.

Cuando salí ya se había hecho de noche y llovía. No tenía sombrilla y entonces camine bajo la lluvia con ese frío de Bogotá que siempre me gustará. Se me hizo un momento hermoso. Después de una película así todo parece tener más sentido. Fui feliz.

En el bus hacía mi casa leí algunas hojas del libro de turno, ese que habla del mar, de despedidas y comienzos. Cuando tenía que dejarlo, porque me iba a bajar, llegué a un punto de la historia en donde alguien a quien se espera no vuelve jamás. Entonces me puse triste. Camine otra vez bajo la lluvia y el frío se me colo por dentro.

Cuando llegue a casa me acosté a dormir, sin hablar con nadie, sin mirar televisión, sin revisar mi e-mail, sin saber por qué.