El día viernes 18 de Marzo 2016, a las 2:00pm, en la Plaza Bolívar del Estado Mérida; a un costado de ésta, al frente de la Catedral. Se dio inicio a la instalación; se comenzó dibujando los pasos y marcando estos a medida que se avanzaba en el rectángulo de la acera delineando los pasos para así ir colocando cada par de zapatos rosa en la disposición correspondiente. La forma en que se distribuyeron fue para ir rompiendo con esa regla del camino recto, donde las personas están ya mentalmente programadas al caminar, entonces fue para romper con ese patrón, esa regla, desordenando su caminar para comenzar desde ese momento un llamado de atención, jugando con los tamaños y tonos en intensidad de color de cada zapato.
Fue interesante y extraordinario observar desde el primer momento a las personas al acercarse, cuando comenzaban a preguntar de qué se trataba, además algunos intentaban exponer sus conclusiones. En tal sentido Delacroix en su libro Psicología del Arte expone esa relación entre sujeto – objeto, ‘’Pues el arte exige eso, la aprobación o la repulsión una aproximación o un choque entre el creador y el espectador, con lo que, implícitamente, queda definido su carácter eminentemente social, pues la sociedad empieza por eso, por una pareja. ’’ (pág. 12).
Seguidamente me quité mis zapatos, permaneciendo descalza durante momentos en todo el evento. Al posarme en el piso en medio de la instalación, comencé a pintar más zapatos, manifestándose una reacción en las personas más cargada de incógnitas, acercándose desde niños hasta adultos y adultos mayores. Al parecer, muchos entendieron el mensaje, el cual trataba de explicar el sentido y la realidad de la igualdad de género, llámese hombre, llámese mujer sin importar la inclinación sexual, es decir que el color no define tu orientación sexual y mucho menos que seas “más o menos” y que esta realidad la ha venido manifestando en los últimos tiempos nuestra cultura, sociedad, religión, prácticamente desde que nacemos.
Los transeúntes manifestaron gran alegría y expectación, estaban muy interesados y agradecidos al ver lo que había ante su recorrido en ese espacio público cotidiano interrumpido por ese gran número de zapatos. Se manifestó así, un empoderamiento de la realidad propuesta y planteando como principio la igualdad del ser humano como primaria herramienta social que permita su transformación desde el reconocimiento del ser en virtud de transformar a su vez lo cotidiano, lográndose de esta manera la expectativa planteada como representación artística. Al finalizar 4:30pm se llevaron puestos algunos de los zapatos y otros en sus manos sin manifestar ninguna preocupación de quienes exhortos les miraban. Al final no quedaron más zapatos que los que ya tenían puestos las personas espectadoras.
Todo lo realizado en dicha instalación, demuestra la realidad social donde el arte impregna de color, forma y espíritu de una manera sublime todo aquello que nos permite descubrirnos desde un escenario compartido y tal vez oculto al ojo común y sin interés de unos simples mortales.
