Resuenan los hornos y minuto a minuto se crean un sinfín de donas de chocolate, vainilla, jalea y caramelo. El mundo de las donas es un negocio sucio y sin escrúpulos pero muy exitoso, cada dona está dotada de su propia personalidad creadas para dar un mayor placer a cada cliente, esta dependerá del ingrediente que se le coloque, así la persona disfrutara de una danza de sabores en su paladar. “sabrozongo”
Pero… y que pasa con las donas que no llegan a ser terminadas, estas carecen de sabor y personalidad. No es normal ver a una dona sin terminar ya que estas no se venden y simple mente son desechadas.
Pero sin embargo todavía no he sido desechada… acaso… me habrán olvidado :`(
Donatelo, una dona sin sentido alguno, está en busca de su ingrediente personal, cruzara cocinas y baños hasta encontrar su verdadero sabor.
