“Más de 43 motivos” es rabia contenida, un grito de dolor, un sollozo de llanto agolpado en el pecho; sufrir... desolación cósmica. 
¿En dónde están estos 43 hombres? ¿Qué sucedió a partir de su detención hasta el momento de su desaparición? ¿Cómo desapareces a 43 personas sin dejar rastro alguno? ¿Quién jaló el gatillo, quién tomó la pala? y según la verdad histórica ¿Quién encendió la hoguera? Vive el ser humano que lo hizo; existe, camina entre nosotros, ¿Qué le dice a su esposa por las noches? ¿Tienes hijos? ¿Qué piensa mientras se baña? 
Este proyecto viene del interior de mi desesperación, soy artista e inherente a ello guerrillero, pero no de campo y metralla, mi lucha está en la Ciudad, donde nací, de donde soy, donde estoy. 
De este pueblo forrado de concreto que es igual de desolador que el maltratado y abandonado campo mexicano, que mis compas de la sierra, que mis compas de “la Gabriel”, que mis compas del departamento de al lado. Y soy compa y me digo así porque hasta en el lenguaje arriesgo. 
Ahora todos estamos en riesgo, de ser censurados, corridos, vetados, vejados, secuestrados, torturados, amarrados y por último DESAPARECIDOS. 
La rabia social que desencadenaron los atroces acontecimientos de Ayotzinapa México 2014, dejaron al descubierto ante los ojos atónitos de los mismo mexicanos el caldo podrido, oloroso y putrefacto que pretende ser el asqueroso “Estado Mexicano”, no el estado de la gente que alude al pueblo, a mi raza; hablo del que se refiere a la clase rastrera política que malgobierna y vende al mejor postor nuestra amada nación.
Decía yo que soy guerrillero, sí, desde aquí, desde mis líneas, desde mi quehacer, desde mi actividad teatral en actor, como bailarín y productor; en socio, como amigo, como novio, amante y ciudadano. 
Esto es lo que puedo aportar, reflexión por medio de la belleza, un tema que me apasiona y del desnudo mi tercera gran obsesión en esta vida transitoria. 
Transitoria porque mañana podrían levantarme, torturarme y desaparecerme. Ya nadie tiene los pasos asegurados, y aporto con esta reflexión comunal para que la vea quien tenga ojos para llorar y que la sienta quien tenga sentimientos humanos por compartir. 
Esta reflexión ha sido posible gracias al ímpetu de mis amigos fotógrafos y al equipo de producción quienes igual que yo, hartos de la impotencia que se respira todos los días, decidimos tomar las armas artísticas. 
Llevamos años entrenándonos día a día, levantándonos temprano, afinando el ojo, el gusto, el olfato, las ideas, para después hacer este pequeño ejército-guerrilla cuya pretensión en la creación no es asesinar sino plasmar: visiones, miradas, angustias, risas y pensamientos. 
Por lo menos yo ya encontré más de 43 motivos, no solo es Ayotzinapan, es Atenco, Aguas Blancas, Pemexgate, El sindicato, Ocosingo, Oaxaca, Pasta de Conchos, Guardería ABC, la línea 12, Acteal y así y así una lista casi infinita de atropellos a mi raza, atropellos sobra decir, de los que ya estoy harto. 
Estas serie fotográfica dará la vuelta al mundo. No en un afán de fama o popularidad. El mundo, "EL MUNDO", y me refiero al mundo con mayúsculas, tiene que enterarse que en México… nos están matando.
La violentada desnudez
 
Revisé el discurso del señor presidente Juan Carlos Varela durante el 69º período de sesiones de la Asamblea General de la ONU celebrada el jueves 25 de Septiembre del 2014 y, entre tantos mensajes que quiso enviar, me di cuenta de que en ninguna parte aparece la palabra “corrupción”. Lo menciono porque sencillamente, si atendiéramos ese tema, podríamos cumplir con los Objetivos del Milenio.
Alejado de esos argumentos, y ante los temas de sexualidad y derechos que se discuten en estos tiempos sobre las conductas alrededor del tema, muchas veces extremas de algunos sectores de la población, es que nace esta reflexión vidual acerca del desnudo.
El rechazo furibundo y descalificativo sobre la noción de que los desnudos del cuerpo humano encierran de alguna manera condiciones obscenas o pecaminosas son irrisorias. Cabe reflexionar sobre la belleza del cuerpo humano como creación universal. Para algunos, como creación divina. La naturaleza sutil del ser como ente transparente que reta los intentos a través de los tiempos por ocultarlos, por presentarlos como prohibidos. Figuras humanas de formas y piel perfectas, tantas veces plasmadas, de tantas maneras, a través de los tiempos, por tantos artistas.
Puede ser que las creencias y formaciones teológicas hayan disminuido la capacidad de algunos seres humanos para apreciar la belleza que representa su cuerpo y a la vez sentir orgullo por lucirlo en sus diferentes etapas a medida que van envejeciendo. Hablábamos de lo incongruente de esas apreciaciones, si tomamos en cuenta los desnudos que pintó Miguel Ángel en la Bóveda de la Capilla Sixtina. “La Creación de Adán y de Eva” y la “Expulsión del Paraíso”, muestran el cuerpo desnudo del ser humano. Algunos pueden acotar que, con base en los relatos bíblicos, estas escenas son comprensibles. Pero, en el fresco “La embriaguez de Noé”, también se presenta la desnudez de la figura humana para representar este episodio de los relatos bíblicos. Y ejemplificamos con el catolicismo no por otra cosa, si no por ser México un bastión de esa fe profundamente guadalupana.
En un ensayo sobre la obra de Goya, “La Maja Desnuda”, publicada en la revista Arte y Mundo en 2008, se analiza que: “En el mundo del arte ha sido constante la búsqueda de la belleza del cuerpo humano, sobre todo femenino... Pero las trabas para pintar este tema han sido innumerables. La Iglesia Católica y la ley siempre han considerado el desnudo como algo tabú, inductor de bajas pasiones, objeto de vergüenza y fuente primera de pecado y apartamiento del Evangelio. El primero que se atrevió a pintar un desnudo, sin excusas, fue Goya con su famosa Maja Desnuda y ese atrevimiento le costó un proceso de la Inquisición”.
La tecnología ha puesto en evidencia el comportamiento de las nuevas generaciones (y muchos de los más adultos) y sus actitudes con respecto al desnudo. Muchas veces ante la hipocresía social que aún trata de encasillar conductas naturales frente a las imposiciones morales de algunos sectores de la sociedad o, sobre todo los sectores con alguna placa de autoridad. A través de la red, una persona comparte su presencia natural (léase desnudo) con otra u otras de diversas maneras. Algunas muy “vulgares” (depende de quién evalúe), otras muy eróticas y otras sencillamente como hermosas exposiciones de arte. Hay que entender que es una decisión personal que muchos han ido tomando, midiendo o no las consecuencias sociales o legales de aceptación o rechazo.
Ahora, el desnudo no necesariamente tiene que ser sobre el cuerpo humano. Allí la razón de que la palabra y el concepto pueden encerrar muchas cosas. La poetisa española, Clara Janes, escribió: “Quiero tener el cielo desnudo entre las manos: deshacer lentamente el color de las cosas, el germen del dolor”. Luis Alfredo Arango, guatemalteco, también poeta dijo: “Entré el mar —a donde nunca fui— y el viento que corre desnudo en las montañas, emplumado de palabras inventó mi camino”.
 
Existen Protocolos y Tratados en todas las instancias Gubernamentales y de Justicia que prohíben, iniciando desde ellos, violentar a todo ser humano exigiendo su desnudez parcial o total. Con esta reflexión y desde la trinchera artística y política nace el proyecto “Más de 43 Motivos”. Haciendo alusión indirecta, o directa, a la absoluta ignorancia sobre la prohibición a la desnudez obligada por parte de las autoridades.
 
Los tiempos llaman a que se discuta con altura y respeto. El verdadero Yo se esconde ante las máscaras de una supuesta pulcritud personal y en condena hacia los que difieren. Es hora de llevar adelante la discusión en harás del bien común. Por la seguridad de conductas saludables que garanticen lo fundamental: un pueblo educado. Un tiempo y espacios de dignidad personal para el mejor desarrollo de la especie. Así podremos conquistar el futuro.


 
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