El proyecto se estructura a partir de dos ideas de recorrido, puestas sobre la parte alta de la Candelaria para conectar a la Plaza de Mercado de la Concordia con la Universidad de los Andes y el Triángulo de Fenicia. Esto con el fin de revitalizar un sector que hoy en día se encuentra abandonado, cerrado y privatizado, lo cual ha llevado a un fuerte deterioro del lugar.

Se partió de un análisis de casos de estudio, en el que se identificaron dos ideas distintas de recorrido. Por un lado, un recorrido monumental que sólo tiene un principio y un fin determinados, y por el otro un recorrido del tejido que brinda múltiples posibilidades de movimiento y una matriz casi infinita de comienzos y finales. El reto estuvo en lograr mezclar ambos de manera simbiótica.

En este proceso, se empezó con una racionalización del espacio a intervenir, definiendo unos ejes de circulación. Así mismo, se definió la cantidad y ubicación de accesos, según el contexto y las necesidades del lugar. Posteriormente, al sistema de ejes se le adosaron las actividades, principalmente vivienda, ubicándose en el espacio de tal manera que se generaban tensiones entre sí. En este caso, una tensión se entendió como una motivación que lleva al usuario a moverse de un lugar específico a otro, generando un recorrido. Siguiendo una estrategia de diseño, se sobrepuso otro recorrido, jerárquico, que siguió algunas vías de circulación ya planteadas. Este segundo recorrido generó espacios de encuentro e interacción, sobre los cuales se localizaron unos equipamientos que armaron una procesión hacia el Centro de Estudios, elemento articulador del conjunto.

Cada uno de los pasos del recorrido se caracterizó por sus proporciones, su espacialidad y sus visuales, de tal manera que se manipulara la experiencia del usuario.