ODISEA: LAS CENIZAS DE LOS INVISIBLES
El desempleo, la fuerte inflación económica, el COVID, la inmigración, el abandono, las nulas oportunidades de reintegración social, la discriminación, entre otras, son solo algunas de las causas que llevan a las personas a vivir a las calles. La “bazuca”, “angustia”, o “pasturri”, entre otros nombres, como es conocida popularmente la pasta base, sigue siendo la compañía "perfecta" de las personas sin techo en Santiago de Chile.
La pasta base es una droga hecha en base a sulfato de cocaína que contiene sustancias tóxicas para el organismo, como parafina, plomo y ácido sulfúrico. Las formas de fumar el “mono”, como también es conocido este sintético, han ido evolucionando con el correr de los años. De pasar de fumar solo en pipas o antenas artesanales, ahora es mezclada con cenizas de cigarro, a la cual nombran "ceniziado". Esta mezcla, les permite, según ellos, tener un viaje de relajo, un escape de la realidad y, en la misma línea, lidiar con traumas y dolores que han sufrido en sus vidas, e incluso mantener "estable" algunas de sus enfermedades.
El Teatro Municipal de la Región Metropolitana, uno de los más reconocidos espacios de arte de la capital chilena, en varias ocasiones se viste de gala y, a la vez, es el testigo y el hogar de aquellos que están inmersos en este flagelo. A pocos metros de su entrada principal, viven distintas personas que son invisibles a la sociedad y que tratan de sobrevivir mediante el "ceniziado" de pasta base.
Lo que consumen, lo consiguen específicamente en el barrio de Mapocho, existiendo una gran variedad de vendedores extranjeros, que abastecen a estas personas. Sin embargo, hay muchos "dealers" que llegan hasta las mismas faldas del teatro a proveerlos de estas sustancias. La odisea es principalmente de día. El viaje hacia el no sentir, al de apartarse, al del relajo, lo realizan con la luz del sol, ya que en las noches estas personas se mantienen alerta para enfrentar cualquier tipo de peligro, ya sea peleas, robos, violaciones, entre otras.
Según el 15° Estudio de Drogas en Población General (2023) del Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol (SENDA), existe un aumento de siete puntos porcentuales del consumo experimental de pasta base respecto al informe anterior (14° de 2020), pasando de un 80% a un 87,3%. Asimismo, varias agrupaciones que tratan a personas con esta adicción, han mencionado que el aumento ha sido sustantivo después del COVID, siendo una de las drogas más utilizadas debido a lo asequible y fácil de conseguir en las calles de la Región Metropolitana.
Carolina Rojas (41) fuma una pipa de pasta base en las afueras del Teatro Municipal, en la antesala de la presentación del Lago de Los Cisnes en Santiago de Chile.
La preparación del "ceniziado" lo realizan con las cenizas que van dejando de los cigarros, pero solo ocupan las de tinte negro, ya que son las más fuertes junto a la pasta base. En la fotografía, Carolina prepara un "pipazo" en su cama.
Carolina Rojas relata, mientras fuma pasta base, que lleva seis años viviendo en las calles debido a su adicción a las drogas.
"He sufrido harta discriminación en las calles. Gracias a Dios no me han violado", explica Carolina mientras besa a su actual pareja.
Texto redactado por un adicto a la pasta base y que escribió mandando un mensaje a la ciudadanía.
Las manos tatuadas de Luis Humberto González (42), quien es un adicto al "ceniziado" de pasta base.
Luis Humberto González Niro, comenta que cuando estuvo en la cárcel, sufrió una agresión, en la cual lo apuñaron en el cuello. "Estoy vivo gracias a Dios. Estuve de urgencia varios días, pero sigo vivo", aseveró González.
Un rayado en contra de la pasta base en Santiago Centro. En varios lugares de la capital chilena se encuentran este tipo de mensajes como una forma de prevención urbana de la “droga maldita”.
Eduardo Fernández (52) cuenta que va y viene a la calle, debido a la discriminación que ha sufrido durante su vida. "Me han discriminado por mi test de piel porque me decían desde chico que yo era el niño pobre del curso. Aquí en el Teatro Municipal fui discriminado, incluso, cuando hacía ballet", explicó, luego de fumarse un "ceniziado" y buscar un pequeño relajo después del estrés del día a día.
El artefacto más usado por los adictos a la pasta base es la pipa artesanal, que ha dejado levemente atrás a la antena, que era la más recurrente hasta hace algunos años. La pipa puede mezclar de mejor manera las cenizas con la pasta para realizar el “ceniziado”.
Ricardo González Rojas (38) llegó a la calle para liberarse de su familia, comenta. "Estuve muy amarrado a mi familia y desde los 14 años estoy en las drogas, con algunos momentos de lucidez", dice y agrega que "el 'ceniziado' me provoca relajamiento, me estimula y, también, me excita".
Los “zombies” de la pasta base se pueden ver a diario deambulando por diferentes lugares de Santiago. Nadie los ve. Nadie los toma en cuenta. Caminan buscando dinero para seguir consumiendo o “para pasar la volá”.
El cielo, al igual que el Municipal, también es un espectador silencioso del consumo de pasta base. Los días no brillan y los atardeceres son de tintes rojos y grises, tal cual como ellos dicen que la vida los ha tratado: "somos los discriminados de esta sociedad. Los apartados. Los que no existen. La pasta base es nuestra odisea para continuar con vida".
