Dirty Money 2.0 reinventa la moneda impresa nacional (billetes) como un soporte para el graffiti.En la década de los setenta en el metro de la ciudad de New York se plasmaba esta vanguardia convirtiendo los vagones en una galería rodante. Dirty Money propone a la moneda impresa como un equivalente del sistema de metro, La naturaleza circulante del dinero permite transportar al graffiti conservando la característica ilegal. El desconocimiento del graffiti dentro de la academia como un movimiento independiente a la pintura suscita acciones que impongan su presencia como una manifestación autónoma, Se ubica al graffiti dentro de la cotidianidad de los transeúntes y de los espectadores. La obra la componen una serie de billetes nacionales de diferentes denominaciones intervenidos con graffiti, cuyos marcos encajonados de color blanco plantean una aproximación museística que busca la percepción de estos como arte. El soporte de los billetes enmarcados consta de una intervención con el estilo de graffiti conocido como Throw up con aerosol negro y cromo. Seiscientos billetes intervenidos fueron puestos en circulación en la ciudad y en la región. Una serie de doce posters de 60 cm x 120 cm con los diseños del mismo número de billetes nacionales fueron intervenidos directamente con aerosol y fijados por distintos sitios en la ciudad con el fin de generar el dialogo entre los billetes reales circundantes y los posters ubicados en las calles. Además la propuesta está apoyada por artistas del graffiti radicados en otras ciudades como Cali, Cartagena y Texas, quienes estuvieron en función de intervenir o rayar billetes que luego fueron puestos a circular sus lugares de residencia.
