Sobre la ciudad

Panorama

2012-2014

Cromogenic print mounted on sintra

38" x 8"

Sobre la ciudad

“Para mí, la cámara es un cuaderno de bocetos, un instrumento de intuición y de espontaneidad”
-Henri Cartier Bresson

Algo magnético debe tener la ciudad para la mirada de los fotógrafos. Sus calles, sus edificaciones y sus transeúntes han sido un foco de atracción constante tanto para innumerables aficionados como para los grandes maestros del medio. Sus escenas protagonizan, además, numerosas páginas de referencia en el compendio de su historia.
La Ciudad de Nueva York, según la experiencia de Rafael Alejandro, es también una conjugación de aquel triángulo de elementos claves en su representación: los caminos de asfalto, las fachadas que los bordean y los rostros anónimos que se confunden en su frenético tránsito. Sobre ella construye el presente proyecto fotográfico, en el cual la reinterpreta y la reconstruye a través de su cámara. Su resultado, eso sí, no es un catálogo de formas arquitectónicas reconocibles ni de los iconos propios del bombardeo de los medios de comunicación. No es, de hecho, el resultado de unas tomas realizadas durante el recorrido previamente trazado de un turista. Todo lo contrario, la Ciudad se convierte, en el álbum fotográfico de Rafael Alejandro, en un poliedro de perspectivas que se apartan del estereotipo y que huyen de lo reconocible. Y adoptando este título genérico, Sobre la ciudad es también una exhibición que refleja la experiencia de lo urbano del artista, transformado en un flâneur que ha deambulado por sus calles y que se ha confundido entre los viandantes, en busca de la anécdota sucedida dentro de lo cotidiano.
Las fotografías que componen Sobre la ciudad se han ido construyendo a través de tres viajes diferentes, provocados por la determinación de un creador que desea regresar al bullicio citadino para culminar el proyecto que se ha aferrado en su mente. De ello somos conscientes, como espectadores, ante la construcción de la muestra, puesto que parece presentarnos, en tres etapas distintas, otros tantos estilos, formatos y protagonistas. Entre todas sus imágenes es posible descubrir, además, un lugar de encuentro entre lo público y lo privado, entre la masa y el individuo, entre el hallazgo fortuito y el que es producto de la espera meditada, plasmados por la mirada de un voyeur que fisgonea tras su cámara.
Y es en esta variedad y en los múltiples lenguajes que el artista adopta donde es posible encontrar la particular riqueza del proyecto. Quien crea encontrar entre sus abundantes piezas un cúmulo de tomas casuales carente de referencias previas, se equivoca. Sobre la ciudad es, de hecho, todo lo contrario. Es un complejo palimpsesto en el que el conocedor de la historia de la fotografía puede descubrir la herencia que el artista ha recibido de los grandes maestros del medio. Es un crisol de miradas, lanzadas a través de los ojos de Robert Doisneau, de Henri Cartier-Bresson, de Robert Frank, de Francis Alÿs, de Philip-Lorca diCorcia y de Beat Streuli, entre otros más, con total seguridad. Incluso es posible encontrar, en el amplio panorama en blanco y negro que también se exhibe, los rastros de una fotografía que Louis Daguerre habría soñado tomar, hacia finales de 1838, con las figuras desdibujadas de decenas de paseantes caminando por un bulevar parisino –aquí una avenida neoyorkina- pero que la calidad de las emulsiones empleadas en los inicios del medio le impidió lograr.
Sobre la ciudad es, como anunciaba en referencia a la cámara el legendario fotógrafo francés, una libreta de retazos visuales fruto de un apasionado ejercicio de aprendizaje, un álbum de instantáneas en el que la mirada de un estudiante de arte repasa el legado de los grandes artistas que admira, como lo hacían siglos atrás los pintores y los dibujantes que acudían a Roma para aprender de los clásicos. Pero Sobre la ciudad es también algo más. Es la apuesta de un joven creador por llegar al corazón de las fuentes de su estudio, la inversión de un esfuerzo –intelectual y material- fruto del frenesí que le provoca la creación fotográfica. Entre sus imágenes podemos ser testigos, sobre todo, del goce que siente un artista durante la experiencia de la búsqueda.

Laura Bravo, Ph. D.

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