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Microrrelato "La hora de los aplausos"

MICRORRELATO “La hora de los aplausos”


7:30 p.m.

Aún queda media hora para que empiecen los aplausos. 
Sólo media hora. Es el momento. 
Creo que está durmiendo, o eso espero. 
Me levanto del sofá y me acerco sigilosa a su cuerpo inmóvil. Compruebo que está dormido. Así es.Dejo la manta a un lado y poco a poco salgo de la cárcel de sus brazos.
No sé cómo he llegado a esta cárcel. No sé porque llaman amor a este sentimiento que me hunde el pecho. 
No sé que pasará mañana o cómo acabará el día.Intento dar dos pasos más hasta la ventana. Sólo dos. Oigo un ruido.
Otra vez no, pienso.
Me giro. Sigue durmiendo.
Vuelvo a retomar el camino hacia mi destino, como si se tratase del camino hacia la libertad, pero no, sólo es el camino hacia el balcón.


7:33 p.m.

Abro la puerta corredera haciendo el mínimo ruido. Levanto mi pie derecho y lo dejó caer en la superficie del balcón. Aire. Es lo único que necesito ahora.
Me adentro en el balcón y con un ligero movimiento cierro la puerta detrás de mí.


7:45 p.m.

No pienso en nada y a la vez mi cabeza da mil vueltas. Cada día pasa más despacio que el anterior. No veo el momento de que esto acabe, es más, creo que ese momento nunca va a llegar.
“Con todo lo que está pasando ahí fuera deberías estar agradecida conmigo”, me dice él todos los días.
De repente un ruido me saca de mis pensamientos, es la vecina de enfrente. Se asoma por su ventana y me regala una bonita sonrisa. Le devuelvo una sonrisa forzada.
Desde que me mudé aquí, unos días antes de que nos confinaran a todos, ella siempre se ha preocupado de que estuviéramos bien instalados.


7:50 p.m.

Y pensar, que este es el único momento del día que tengo para ser libre.
Para poder pensar, pensar en mí, en mi familia, y por un momento, dejarle a él
fuera de todo y de mí. Se acerca la hora de los aplausos. Momento en el que puedo estar sola, sin ningún…
“¿Qué haces?”
“No subas esas fotos a Facebook”
“No hagas eso”
“Limpia guarra”
“Un día de estos te pongo de patitas en la calle”.
Yo sólo quiero huir…


8:00 p.m.

Aplaudo con todas mis fuerzas. Observo a mis vecinos de enfrente, todos parecen felices a pesar de la situación actual, al fin y al cabo, están en casa con sus familias.
Oigo un ruido en el interior de la casa.
Me giro sin parar de aplaudir.
Le miro y sonrío. Está de pie detrás del cristal.
Me mira y se gira sentándose de nuevo en el sofá.
Alivio.
Nunca sale a aplaudir, pero me deja hacerlo a mí.
Me duelen las manos, llevo unos 30 segundos aplaudiendo y ya noto como cada vez pesan más los moratones de mis brazos.
No me miro al espejo por no verlos, pero sé que están ahí.


8:05 p.m.

Tengo que entrar, aunque mi cabeza solo piensa que no puedo más.
Mañana si, mañana me voy, me digo día tras día.
No soy feliz.
Huir es lo que quiero, pero no puedo.
Y no es por el virus, si no por él.
Me seco las lágrimas de los ojos y me dispongo a entrar.
Oigo sus gritos desde fuera.
Miro una última vez los edificios de enfrente y mi vecina está ahí, mirándome.
Cierro los ojos para no verla.
Respiro por última vez y entro.
Mañana a la misma hora, si llego…

Primer puesto del concurso de microrrelatos "25N: Una mirada joven y feminista" 2020
 organizado por el Colectivo Belladona Feminista (Novelda)


Microrrelato "La hora de los aplausos"
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