Estas fotos fueron tomadas con un rollo ASA 100 que venció en el 2007, y para mí, esta serie representa un viaje en el tiempo hacia ese año en la Costa Argentina. Es una especie de recreación del 2007: la niñez, la simpleza, la felicidad, los juegos sin sentido y ya.

En el 2007, todo era feliz porque yo era una niña. Cuando uno es niño, todo parece mágico, la felicidad es pura, no hay preguntas, y todas las emociones se sienten de manera más básica. El amor nos lleva a ese lugar primordial de emociones. La niñez es pura emoción: felicidad, tristeza, enojo, curiosidad, todo se experimenta intensamente. A medida que uno crece, la vida se vuelve más compleja, se agregan responsabilidades y la simpleza de la niñez se desvanece. La vida se tiñe de un tono más racional, y el juego y el absurdo dejan de ser parte de la vida cotidiana.

Para mí, el hecho de que sea un rollo del 2007 simboliza un viaje a ese sentimiento de ser una niña. Ser niña significa explorar en un constante juego, estar más cerca de lo irracional, vivir el presente sin complicaciones, sumergirse en cada momento como si fuera una aventura nueva, sentirse libre al compartir con otros niños sin temor al juicio y experimentar cada momento intensamente como si fuera extraordinario.