Guion Mireya
Mireya: Espera, Mery, espera, debo dejarte algunas cosas claras. Cuando entras a trabajar en AVON o ÉSIKA caes en un abismo sin fin y ya no hay marcha atrás. Lo sé, también me pasó. Una revista lleva a la otra y así hasta que terminas usando las páginas de revistas viejas como papel higiénico. Las personas creen que la venta por catálogo solo es ofrecer coloretes y perfumes nada más, y Leonisa con sus blusas sexys. Puedes pensar lo que quieras, pero el jean sin bolsillos… Todos saben que es terrible, y aun así lo compran. Lo usan porque les levanta el culo hasta la barbilla, pero dime qué pasa si no tienes billetera y el único monedero que tenías se perdió entre tus pechos, ¿vas a ir por la calle como limosnera con las monedas en la mano y los billetes en la tanga? ¿acaso te las guardas en la boca?, ¿eso haces, Mery?, porque eso de verdad suena horrible. Esos jeans marcan tu entrepierna y te dejan una pata de camello tan incómoda como la sensación de haber dado a luz, pero la criatura nunca nace, ni siquiera fue concebida.
Repite conmigo, qué Dios me libre de la pata de camello, tan solo imagina tener que estar sacándotelo de la florecita una y otra vez.
Te lo digo, hermana, trabajar aquí es como venderle el alma al diablo. Sé que es una porquería, pero así es como es.
