LO QUE NO VISTE DEL CARNAVAL, BARRANQUILLA 2014

18 de febrero del 2014, Carnaval S.A. informa que concluyó el plazo para las acreditaciones de prensa del Carnaval 2014. ¿Y ahora?

Desde que estaba estudiando he tenido la oportunidad de trabajar como reportero gráfico, con algunos medios y muchas veces por satisfacción propia, por portafolio o simplemente porque no puedo ir a ningún evento sin mi cámara.

10 de enero del 2014, 6:00 pm, después de un largo viaje a cuatro ruedas por fin en mi nuevo destino, Barranquilla, huyendo del caos y la locura capitalina un nuevo camino se atravesó en mi vida. Como buen reportero aplicado e interesado en buscar buenas fotos empecé con mi búsqueda de eventos locales. 1, 2, 3 y 4 de marzo, Carnaval de Barranquilla, nada más que la celebración más grande y más importante de mí nuevo hogar. De inmediato empecé a buscar medios para poder lograr la acreditación de prensa, pero el tiempo pasa y se pasó rápido en mi llegada, mi organizada y adaptada a la arenosa.

18 de febrero del 2014, Carnaval S.A. informa que concluyó el plazo para las acreditaciones de prensa del Carnaval 2014. ¿Y ahora? Pues averiguar con raimundo y todo el mundo, buscar el empujón para poder entrar a tomar las fotos que no tenía ni vendidas ni lugar para publicarlas. Un esfuerzo que representaba mi satisfacción personal y la forma de conocer y vivir un evento tan importante del país a mi manera, desde mi punto de vista. La dichosa acreditación no llego nunca, lo que llego a mis ojos fue tan inesperado que causo un impacto y una emoción en mí que me motivaron a escribir esto.

Viernes 28 de febrero, Escuela de arte Marleny, Barranquilla, Colombia. Sentado entre trofeos, disfraces, gente corriendo a mí alrededor, gente disfrutando una previa al anhelado día de batalla de flores con el que iniciaba el carnaval. Marleny Cortés, directora de la escuela y de la comparsa de fantasía Son de mar, entrega en mis manos su camiseta, la que dice Marleny y me dice mañana nos puedes acompañar en el desfile. Marleny se indispuso de salud y el médico le había prohibido salir a desfilar. En mis manos tenía la llave que había buscado, pero no era cualquier llave, era vivir el carnaval, mi primer carnaval de la forma más inesperada que pude haber pensado.

Sábado 1 de marzo del 2014, 9:00 am, Escuela de arte Marleny. Decidí llegar temprano a ver que me encontraba pero más que todo con la preocupación de no quedarme y no poder entrar al desfile. Pero desde el momento que entre a la escuela mis ojos me mostraron realidades ignoradas. Creo que pueden ser muy pocas las personas que se preguntan e imaginan como es el día de los bailarines que se presentan en carnaval. Hasta ese día estuve dentro de estas personas lo que me motivo a hacer este proyecto para mostrar y evidenciar todo el esfuerzo que hay detrás de las personas que le dan vida a este gran evento.

Empezando con una larga sesión de maquillaje y los retoques de última hora que no se hicieron esperar. Aparecen los que no tienen el vestuario listo, los que llegan tarde, los que amanecieron enfermos, todo a pocas horas de empezar. Todo es un caos, pero con alegría, la que no pierde ninguno de estos personajes que esta que se baila sin parar. A medida que transcurría el tiempo surgían acciones que llamaban mi atención, cosas que me hacían entender y valorar aún más el gran esfuerzo que hacían estos personajes.

¿Sabía usted que la mayoría de bailarines tiene en sus pies rollos de micropore y esparadrapo? ¿Se detuvo a mirar sus pies? Las ampollas no se hacen esperar cuando se bailan 5 km sin parar. ¿Sabía usted que las toallas higiénicas pierden sus alas en carnaval para proteger los pies de las bailarinas carnavaleras? ¿Qué es eso? Esta señora saco una tolla higiénica, ¿me salgo de acá? ¿Qué hago? Cuando las tijeras moldean la dichosa toalla entiendo y me sorprendo al verlo. Mi cara de sorpresa y la cámara que empieza a robarse el momento tienen su respuesta: ¨todo hace parte del esfuerzo y el sacrificio que hacemos por hacer algo que amamos¨ me dijo Tania, sí, Tania, como la musa del Joe, que otro nombre más currambero podría haber dicho. Así empecé a resolver mis dudas carnavaleras sobre todo lo que se vive detrás de tan magno evento.

Paso un tiempo y llego una bailarina tarde, además tenía el vestido a medio hacer, además le faltaba el maquillaje, además le faltaba mucho por hacer en poco tiempo. Este personaje me pidió que no revelara su identidad sólo me pidió una foto, pero una foto cuando estuviera lista, se la quería regalar a su mama y a su abuela que no podían ir a verla. Este era el personaje perfecto para capturar un proceso y un resultado, no me despegue un momento ella solo me pedía que no saliera mucho su cara porque se iban a dar cuenta con las fotos que estaba haciendo todo a última hora. Paso el tiempo y se acercaba el momento de ir a la vía 40, la calle donde se realizan los desfiles principales del carnaval. Ya todos estaban casi listos, los retoques de bloqueador solar se adueñaron del lugar, el olor a comida y la fila para la última entrada al baño enmarcaban la emoción del primer desfile de carnaval. Todo este proceso paso tan rápido que me tomo desprevenido, yo había venido mentalizado a salir a desfilar, tomar fotos, hacer un registro de lo que iba a suceder y ya.

Pero esta experiencia me mostro el carnaval de otra manera, es un evento tan importante para tantas personas que sueñan con participar, que viven la alegría de lo que esto significa, felicidad por doquier, retratos de sonrisas que enamoran y un ambiente carnavalero que hace que se olviden de todo lo demás, solo están las ganas de salir y dar un gran espectáculo.

Por lo que pude ver, entender y vivir del carnaval no es necesario tener el mejor vestido, los mejores zapatos ni que una enorme carroza te lleve volando sin darte cuenta de la alegría y el ambiente que puede generar esta fiesta en las personas. Se necesitan las ganas, la alegría de querer estar ahí, ese talento que aflora de la misma motivación de querer dar y mostrar los mejor. La alegría más contagiosa que he conocido y que gracias a mi máquina del tiempo podre recordar al mirar mis fotos del carnaval.