El Restaurant “Don Moise” es un interesante lugar de encuentros que por cinco generaciones ha imprimido una larga trayectoria de experiencias, que han vivenciado gran parte de la comunidad temuquense, tanto personajes destacados, autoridades y como también el ciudadano común que le gusta compartir socialmente de una típica gastromonía chilena acompañado de un apetecido licor.

El Restaurant Don Moise surge con esfuerzo y empeño alrededor del 1960 en calle Carrera esquina Lautaro en el Barrio Antiguo de Temuco, el cual fue levantado por don Moisés Gaete Gaete, quién fue reconocido por su gran carisma y sociabilidad, quién nunca pensó el gran reconocimiento que alcanzaría en el imaginario social de la comunidad temuquense.

Algunos de los rasgos característicos del local son la presencia de un antiguo Budlitzer con una data de más de 40 años basado en discos de vinilo, y la presencia de múltiples artistas populares de música de antaño.

A ello se agrega, la virtud de sus preparaciones gastronómicas, es así como encontramos la típica cazuela, caldo de cabeza, el sándwich de pernil y las conocidas “guatitas a la española”. Este último plato se caracteriza por la combinación especial de cada uno de sus ingredientes, que le hacen un plato que ha destacado por ser propio de la tradición culinaria criolla chilena e hispanoamericana, desde la época de la colonia en el siglo XVIII hasta nuestros días.

Es un lugar que no interpone barreras culturales, étnicas, de clases sociales ni educacionales, sólo requiere de la disposición de compartir y disfrutar un buen momento, el cual se ha grabado en la memoria local como un espacio agradable y típico de nuestra ciudad, que guarda múltiples historias en sus paredes, siendo testigo de los rápidos cambios sociales que ha experimentado la ciudad, pero al mismo tiempo permaneciendo inmune a las trasformaciones que ha evidenciado el sector comercio en la actualidad.

El restaurant de Don Moise se puede definir como un clásico “comercio con vocación local” de la ciudad de Temuco, el cual manifiesta su gran aporte a la construcción cultural a través de su tradición culinaria, además este lugar no solamente funciona desde una lógica de intercambio comercial, sino que a su vez le entrega un dinamismo urbano-social particular.

Por consiguiente, se puede afirmar que dicho negocio tiene tanto una impronta ligada a su valor comercial, social y urbano que genera una sinergía entre la alimentación, los vínculos- redes sociales y las referencias/construcciones sociales que se generan en este espacio.