Los colores y formas están presentes en la vida de los más pequeños desde sus primeros días. A medida que van creciendo, son capaces de identificar y reconocer diferentes figuras y tonalidades que los ayudarán a comprender el entorno que los rodea.
El aprendizaje de los colores se puede dividir en tres etapas: ver los colores pero no saber su nombre, reconocerlos y saber que son distintos unos de otros y aprender el color y relacionarlos al día a día