La fuerza de lo eléctrico

_Proyecto Final de Grado

Antes de empezar, me gustaría decirte que un proyecto como este supone analizar, investigar y tomar unas decisiones muy específicas, resultado de un proceso largo y serpenteante. Es por ello que, lo que encontrarás aquí, es un mero resumen del resultado final. Si te apetece conocer los entresijos de este proyecto, dejo abierta la puerta a toda su documentación en este enlace.

Es bien sabido que «la historia la escriben los vencedores» y, la historia que os traigo hoy, tiene mucho de eso.

También es sabido que el presente nos pide cambios y han sido ya veinticinco cumbres climáticas en busca de soluciones antes las altas emisiones de CO2 que producimos, las cuales están causando que el calentamiento global se acelere a un ritmo descontrolado.

A lo largo de mis últimos tres meses de formación como diseñador, decidí trabajar sobre uno de los temas que actualmente más me apasionan: la movilidad eléctrica.

Nuestro medio principal de transporte es el vehículo particular, el coche. Estos invaden nuestro día a día, nuestras calles. Suponen un grave problema no sólo ambiental, si no también de salud.

Lo más interesante de todo esto es que, la principal solución que se pone actualmente sobre la mesa para paliar las emisiones de CO2 (el coche eléctrico), lleva entre nosotros mucho más tiempo del que imaginamos. De hecho, el vehículo eléctrico es anterior al vehículo de combustión.

Hasta en tres ocasiones diferentes el desarrollo del vehículo eléctrico se ha visto frenado por una razón principal, aquellos vencedores que han escrito la historia: las lobbies petroleras.

A la izquierda: prototipo de vehículo eléctrico, Robert Anderson. 1839.

A la derecha: primera patente registrada de un vehículo de combustión. Benz Patent-Motorwagen. 1886.

Con las premisas que vislumbran en el presente, el futuro se prevé apocalíptico, desolador. No obstante se debe hacer un llamamiento a la calma.

En la última década se han asentado las bases para un presente-futuro donde la movilidad está cambiando. Lo vemos en ejemplos tan claros y cotidianos como los patinetes eléctricos o el particular sistema de motosharing. Ejemplos que están cambiando el sonido de la ciudad.

Aún así, un nuevo enemigo se adentra en el juego, haciendo que se repita eso de: «aún es pronto» para apostar por la movilidad eléctrica. Hablo de los vehículos híbridos, los cuales no dejan de ser un vehículo de combustión pero camuflado.

Llegados a este punto, el vehículo eléctrico se encuentra en un punto de incertidumbre. El desconocimiento hacia este tipo de vehículos junto a mitos promovidos por el arraigo a un modelo de movilidad que lleva con nosotros durante décadas, propicia que la transición hacia la movilidad eléctrica se frene.

En esta ocasión, el proyecto se aborda desde el punto de vista del usuario. Es decir, qué puedo aportar, desde el punto de vista gráfico, para llegar a los siguientes objetivos:

1. El desconocimiento es un punto fundamental en el freno del desarrollo de la movilidad eléctrica. Es decir: informar, desmitificar y mostrar el vehículo eléctrico como una opción de presente.

2. Cuestionar la gráfica asociada al ámbito medioambiental que se ha conformado y, de alguna manera mantenido casi inalterada, desde los años sesenta y setenta.

Bajo estos objetivos principales se encuentran:

1. Colaborar desde la comunicación gráfica para que la transición hacia la movilidad eléctrica sea lo más inminente posible. Divulgar y agilizar el tránsito hacia la movilidad eléctrica.

2. Utilizar el diseño como instrumento que clarifica el entendimiento de una nueva forma de comprender la movilidad, haciendo de esa comunicación un agente persuasivo y motivador.

En este sentido, el desarrollo de este proyecto nace desde la premisa de:

«¿Por qué la gente iba a querer cambiar algo que, por alguna razón,

lleva sin alterarse durante décadas?»

El resultado de la investigación me condujo a desgranar la comunicación que el mundo del motor lleva utilizando, de forma casi inalterada, durante toda su historia. Un imaginario basado en la fuerza, la potencia como principal forma de reclamo.

Por tanto, si esa forma de reclamo sigue funcionando, ¿cómo se podría reinterpretar y trasladar al mundo de la movilidad eléctrica?

Por consiguiente… ¿cómo ruge la naturaleza? Porque esta es la principal motivación de un vehículo eléctrico. Por primera vez somos capaces de generar energía a través de la propia naturaleza, almacenarla y que nos mueva.

Lo eléctrico es sencillo, y para la búsqueda del concepto se desarrolló un proceso largo hasta llegar a aquello que se quería transmitir:

«Minimalismo muy salvaje»

Una vez establecidos los objetivos y el concepto que abarcaría todo el discurso, era esencial explorar cómo se iba a desarrollar ese concepto en la gráfica, así como las diferentes piezas que conformarían el proyecto.

Así mismo, las piezas gráficas que se abordan en este proyecto son:

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A lo largo de todo el proyecto hay dos elementos comunes, que han ayudado a generar todas las piezas y que, aunque fuesen de tipologías diferentes, mantuvieran una coherencia visual: retícula y tipografía.