Un solo Perú
Imagina despertar un día y escuchar la música que te recuerda de dónde vienes a todo volumen. Bailar con tus amigos y compartirlo con todo el mundo en tus redes sociales. Ponerte la ropa de tu cultura y usarla sin tapujos. Imagina poder estar orgulloso de tus raíces y contárselo a todos. Hablar el idioma de tu gente y usarlo regularmente. Recordar tus orígenes con cariño y expresarte de la manera en la que más cómodo te sientes. ¿Suena usual? Pues esta no es la realidad de miles de peruanos.
Vivimos en un mundo en el que se menosprecia a las personas por su color de piel, por su lugar de procedencia o por su cultura. Esto crea una violencia que se vuelve tan fuerte que llega al punto de no solo herir a una persona sino a comunidades enteras. La violencia se vuelve tan hiriente que se siente como una herida física, una herida difícil de sanar que llega a calar dentro del alma de las personas. ¿Es acaso justo? Claro que no, pero no muchos hacen algo al respecto. ¿Será cobardía? ¿costumbre? ¿superioridad? ó ¿Tan poco nos importan estos actos? Vivimos en un país en donde el racismo se encuentra tan normalizado que se ha vuelto parte de la cultura, parte del lenguaje, parte de la historia y nadie hace nada al respecto. Un país donde las personas usan la palabra “cholo” como insulto, y donde quienes no son de la capital esconden acentos, eliminan costumbres, y hacen todo lo posible por ocultar de dónde vienen. Un país donde la discriminación sucede todos los días y no hacemos nada para detenerlo.
Está en nuestras manos cambiar esto. Deberíamos poder vivir en un Perú en el cual sea normal usar polleras o la cushma, en el que comer juane, picante de kuy o pachamanca no sea motivo de burla, lugar en el que hablar quechua, aymará, asháninka o alguna otra lengua nativa no te haga menos. Vivir en un Perú donde todos seamos tratados igual, sin importar nuestro color de piel, religión, idioma ni linaje. Porque todos y cada uno de nosotros somos diferentes y únicos, pero no menos importantes. Todos llevamos en el pecho los mismos colores de nuestra madre patria. Porque al final del día, todos somos humanos y nos une una misma cultura, un mismo pasado y un mismo Perú.
