Cambio de nombre de “Negrita” a “Chokita”
Casi 60 años después de su lanzamiento al mercado, la compañía Nestlé decidió cambiar el nombre de uno de sus más clásicos productos y es que en sólo un par de meses la reconocida galleta “Negrita” adoptará el nombre de “Chokita”.
Mediante un comunicado, la empresa indico que la razón es el respeto y la “no discriminación”, ya que el equipo de comunicación identificó connotaciones que a futuro podrían considerarse inapropiadas.
Mediante un comunicado, la empresa indico que la razón es el respeto y la “no discriminación”, ya que el equipo de comunicación identificó connotaciones que a futuro podrían considerarse inapropiadas.
Es una decisión que no ha pasado inadvertida y como es de esperarse, la opinión del público está dividida, mientras que algunos aplaudieron la decisión de la compañía señalando que es absolutamente acorde a los nuevos tiempos, otra gran mayoría consideró que el cambio era extremo e incluso una tontería.
Es importante mencionar que, si bien las marcas y las agencias de publicidad se encuentran prácticamente en un “proceso reflexivo” al enfrentarse a consumidores exigentes y contingentes que exigen consciencia junto a una cultura inclusiva basada en valores del respeto, en este caso calificaría esta acción totalmente innecesaria.
El cambio de nombre de un producto icónico que ha trascendido tantas generaciones es una decisión que nadie pidió, ya que sencillamente ninguna persona había tildado a la “Negrita” como un apodo racista o discriminatorio, es más, la marca prácticamente le atribuyó una característica negativa que no existe y que tampoco existió en el momento en que se creó el producto. Considero que este cambio carece de utilidad, debido a que la intencionalidad de la palabra se la da cada persona, modificar un apelativo que simplemente no fue creado para inducir al odio no va a cambiar radicalmente al mundo, se necesitan acciones mucho más profundas para eso.
Ahora bien, algo es innegable, a raíz de esta acción todos hablaron de la “Negrita”. El cambio de nombre generó una enorme repercusión en múltiples medios de comunicación, convirtiéndose en un tema que estuvo en tendencia por una semana completa. Aunque el cambio pueda parecer una acción hecha a la rápida y sin medir consecuencias, sin duda funcionó, hace muchísimos años que no se hablaba tanto de la galleta e incluso de la misma compañía.
La persona del área de marketing y publicidad que se le ocurrió la idea del cambio merece más de un aplauso, especialmente al considerar el gran costo financiero que implica un plan de medios, y es que la compañía tuvo un gasto mínimo debido a que fueron los propios usuarios quienes se encargaron de la difusión.
Además, por lo visto en redes sociales, el cambio se convirtió en un estímulo que motivó a muchas personas a comprar el producto, evocando la nostalgia y aumentando momentáneamente las ventas.
Pese a todo el revuelo, perdieron una gran oportunidad al cambiarle el nombre a un snack icónico sin involucrar a los fans y consumidores para trabajar de manera colaborativa, evaluando la reacción de la audiencia. Todo esto por supuesto siendo coherentes y teniendo especial cuidado en no despedirse “románticamente” de la marca teniendo en cuenta la connotación negativa que se le atribuyó al nombre.
Cabe destacar que igualmente cometieron un error al no potenciar la entrada de la nueva marca, ya que el nuevo nombre “Chokita” no es un problema como tal, al contrario, es una elección bastante acertada al hacer referencia al distintivo sabor a chocolate de la cobertura y también al contener el diminutivo cariñoso que en Chile se le atribuye al “ita” e “ito”.
Si bien “Chokita” es un apodo que no comunica tanto como “Negrita”, principalmente debido a la costumbre y el buen posicionamiento que tiene en el país, es un nombre que cumple con lo esperado y que quizás en unos cuantos años logre ganarse el corazón de los consumidores.
A modo conclusión, no me parecen correctas las razones para el cambio de nombre y tampoco la forma en que lo manejó la compañía, me parece un completo desperdicio realizar una acción de tal repercusión para posteriormente guardar silencio en lugar de aprovecharlo y convertirlo en una estrategia grande y duradera.
En términos generales, no creo que le sume ni le reste mucho cambiar el nombre, ya hemos visto en casos anteriores como cuando Evercrisp decidió cambiar el nombre “Snack Mix” por “De Todito” que a pesar de generar cierto descontento en el público las ventas no se vieron gravemente afectadas, después de todo el producto sigue siendo el mismo. No obstante, sería interesante que Nestlé compartiera a futuro los resultados de posicionamiento “Chokita” para corroborar si fue o no una buena decisión.
