El museo tal como lo conocemos es un fenómeno reciente, que tiene su origen en Europa, pero logra atravesar los distintos continentes. Hay diversas maneras en que podemos definir al museo, algunas de ellas más antiguas arraigadas a la idea de templo y algunas más actuales ligadas a la idea de establecimiento. Pero todas ellas, guardan profunda relación con el paso del tiempo y la evolución social. 

 

Sabemos que el fenómeno del coleccionismo fue el germen de los museos modernos, permitiendo la materialización de estos espacios culturalizadores. 

 

El museo entonces, como consecuencia de una ruptura conceptual, a fines del siglo XVIII,  marca el paso del coleccionismo privado a un proyecto de carácter público, contribuyendo a la idea de patrimonio artístico colectivo. A principios del siglo XIX las colecciones privadas fueron las bases de los museos, otorgándole la función de institución legitimadora de arte. El museo, aparece como un espacio que preserva el pasado, de todo aquello que dejada atrás el paso de la modernidad.

 

Podemos concluir, que al definir al museo, la idea que más se acerca tiene que ver con esta vocación que va evolucionando a través de los años, pero que está presente en todas las épocas, incluso en aquellas más primitivas, donde atesorar objetos era parte de un acto cotidiano. Que más tarde busca, trasmitir y preservar una parte de la historia de las sociedades y junto con ello crear una memoria colectiva.